Como siempre, nunca es lo mismo…
Desde hace unos días duerme conmigo una invitada muy especial; solo me visita cuando las cosas suelen ir mal, pero esta vez se ha traído una amiga. Os presento, estas son la señorita Soledad (aunque sus seres queridos la llamamos Sole; que ya tenemos confianza jeje) y su amiga Dolores.
La verdad es que desde que están en mi casa no hacen más que alborotarlo todo. Sole está todo el día pegada a mí, hasta cuando salgo con mis amigos. Es realmente incomodo porque busca cualquier excusa para llamar mi atención y no me deja divertirme con ellos.
Por otra parte está su amiga Dolores (o Lola, como la queráis llamar). Me agobia mucho la verdad. En mi opinión, es bastante canalla. Muchas veces estoy haciendo algo que me produce mucha alegría o ilusión y, de repente, me clava uno o varios cuchillos de los de la cocina por la espalda. O me empieza a desmotivar y a crear resentimiento con algunas personas porque dice que me están haciendo mucha pupa y juegan conmigo (encima como lo dice con tono de inocencia y niña buena, me lo creo y le hago caso).
Y estas solo son algunas de las cosas que hacen por separado, ya juntas ni os cuento. En ocasiones juegan a las marionetas con allegados míos y como nunca me doy cuenta de que están atados con hilos, al decir o hacer algo me lo trago. Incluso a veces me encierran dentro de la burbuja de plástico que sacan de su maleta y se ríen de mí porque me estoy ahogando y no puedo salir…
No lo entiendo… ¿Qué se creerán?
No sé, pero espero que vuelvan a su casa pronto y se queden ahí para siempre. No creo que pueda soportar el peso de mi cuerpo por mucho más tiempo…
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